viernes, junio 6, 2025

Elección Judicial, Puebla responde

El resultado de Puebla obedece a algo más sólido: el trabajo institucional y territorial que ha venido construyendo el gobernador Alejandro Armenta desde que asumió el cargo.

En la elección judicial que definió quiénes ocuparán nuevos asientos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Puebla apareció como una de las entidades clave.

Así ya fue documentado, al ubicarse al estado entre los cinco con mayor peso en la votación nacional, aportando casi el 13% del total.

Pero lo más importante no fue solo el número, sino el cómo.

A diferencia de otras entidades donde la operación política se confunde con el acarreo, el resultado de Puebla obedece a algo más sólido: el trabajo institucional y territorial que ha venido construyendo el gobernador Alejandro Armenta desde que asumió el cargo.

Así se cosechó lo que ha venido sembrando en meses recientes: cercanía con la gente, políticas sociales activas, obras públicas con impacto y un discurso de reconciliación que ha permeado en distintos sectores.

Un reportaje del periódico Reforma identifica a entidades como Guerrero, Tabasco, Oaxaca y Campeche como piezas del llamado “acordeón del sur”, es decir, estados gobernados por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) que operaron con fuerza para respaldar a Hugo Aguilar y Lenia Batres.

En esa lógica, Puebla se sumó por méritos propios, por inercia política.

Aunque en CDMX y el Estado de México, las dos entidades más pobladas del país, falló la aplanadora morenista, en Puebla se notó la diferencia.

La estructura funcionó, sí, pero, sobre todo, hubo respaldo ciudadano real.

Sin escándalos, sin reflectores, sin presión sobre el electorado, solo organización, estructura y, sobre todo, confianza ciudadana.

Armenta no se excedió, no presumió lo que no es.

Pero hizo su parte y la hizo bien.

En tiempos donde la operación política muchas veces se confunde con el acarreo vulgar, el gobierno poblano mostró que hay otra vía: trabajar y construir.

Y así fue.

El proceso judicial fue, en el fondo, un termómetro político.

Y Puebla, con la seriedad que exige el momento, dejó claro que está lista para jugar en las grandes ligas.

Tiempo al tiempo.

Adiós al ITAIPUE ¿y la transparencia?

El ITAIPUE fue útil en su momento.

Gracias a ese organismo destapamos casos incómodos del morenovallismo, como los helicópteros Agusta, los despidos masivos, contratos opacos, entre otros.

Tuvo dientes, hasta que se los limaron.

Con el tiempo se volvió inerte, burocrático, una oficina más.

Finalmente desaparece sin pena ni gloria y su lugar lo ocupará la Secretaría Anticorrupción, para fomentar la transparencia.

¿Adiós a la opacidad?

El armentismo tiene en sus manos la oportunidad.

Puebla merece un órgano que sirva, no que estorbe.

Que vigile, no que adorne.

Existe la posibilidad de que renazca la vigilancia real.

Que esta vez no se archive la transparencia.

Tiempo al tiempo.

Jorge Castillo
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