Como estaba programado y con altas expectativas, SpaceX lanzó el séptimo vuelo de prueba de su nave Starship, la cual presentó un desmontaje mientras ascendía, aunque el cohete Super Heavy logró aterrizar sin inconvenientes.
“La nave espacial Starship sufrió un desmontaje rápido e imprevisto durante su ascenso. Los equipos seguirán revisando los datos de la prueba de vuelo de hoy para comprender mejor la causa raíz. En una prueba como esta, el éxito depende de lo que aprendemos, y el vuelo de hoy nos ayudará a mejorar la fiabilidad de la nave espacial Starship”, señaló la empresa espacial en un comunicado.
El Starship despegó desde la base Starbase de la compañía, cerca de Brownsville, en el estado de Texas, Estados Unidos, alrededor de las 16:37 hora del Centro.
Poco después del lanzamiento, los motores Raptor del Starship se encendieron durante la separación en caliente. El propulsor Super Heavy del cohete regresó con éxito al sitio de lanzamiento y logró una repetición del método de captura “con palillos”, utilizando brazos mecánicos llamados “Mechazilla” en la torre de lanzamiento para atrapar el propulsor en su retorno.
Sin embargo, la nave Starship perdió comunicación con tierra. SpaceX confirmó en la red social X que el Starship sufrió una “desmontaje rápido no programado” durante su fase de ascenso.
El séptimo vuelo de prueba incluyó una nave de nueva generación con importantes mejoras y tenía como objetivo intentar la primera prueba de despliegue de carga útil del Starship, realizar múltiples experimentos de reingreso orientados a la captura y reutilización de la nave, y lanzar y recuperar el propulsor Super Heavy.
Con el desmontaje de la nave espacial, el único objetivo alcanzado fue el lanzamiento y la captura en tierra del propulsor Super Heavy. El sistema Starship de SpaceX, que combina la nave Starship y el cohete Super Heavy, es un sistema de transporte completamente reutilizable con el objetivo de enviar humanos y carga a la órbita de la Tierra, la Luna, Marte y más allá.