El Centro Histórico de Puebla capital se convirtió en el epicentro de las marchas por la conmemoración del Día Internacional de la Mujer (8M), donde diversos colectivos se dieron encuentro para denunciar la inseguridad, el acoso y la violencia contra las mujeres.
Desde la mañana de este 8 de marzo, el Palacio Municipal de la capital fue “blindado” con altas estructuras de metal, lo mismo ocurrió con la Fuente de San Miguel, ubicada en el zócalo. Ambos espacios, fueron custodiados a través de un fuerte despliegue de las fuerzas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
A lo largo de la avenida Reforma, las paredes quedaron como testigos de denuncias por violación, abuso y desaparición, espacios idóneos ante sistemas institucionales que suelen ser sordos ante las acusaciones. Esto, se extendió también a las vallas del ayuntamiento de Puebla.
Como parte de las consignas, mujeres escribieron y colocaron papeletas como testimonio sobre los casos de agresión que han sufrido en el ámbito doméstico, laboral y en diversas instituciones educativas de Puebla. Pero también, aprovecharon para mostrar las desigualdades y el deseo de justicia ante los feminicidios: “Ni una más”.
En el zócalo, los contingentes se aglomeraron frente al ayuntamiento -iluminado de púrpura- y el cerco policial hasta el anochecer: “La policía no me cuida, me cuidan mis amigas”, “señor, señora, no sea indiferente, matan a mujeres en la cara de la gente”, pronunciaron.
Detenciones en la capital
Integrantes de la policía municipal continuaron su avance en la tarde-noche para limitar el acceso al Palacio Municipal, cuando, al final de la marcha y casi desalojada la plancha del zócalo, se registró la presunta detención de una joven y la agresión hacia un periodista.
La SSC Puebla, posteriormente, envió un comunicado en donde informó la detención de dos hombres, a quienes señaló como ajenos a las marchas y acusó de haberse infiltrado “con el único propósito de generar tensión”. Aunque, no se mencionó el caso de la supuesta detención de la joven.
“Los actos vandálicos no representan de ninguna manera a las miles de participantes que marcharon de manera pacífica, y este grupo de desestabilizadores no representa el movimiento”, indicó en el documento.
Indicó que los detenidos habían repartido objetos para generar descontrol y que el uso de extintores durante la llegada del contingente se generó debido a que se detectó personas lanzando combustible a las estructuras del Palacio Municipal.
Indicó, finalmente, que las marchas, que sumaron cerca de 10 mil participantes, “se desarrollaron en calma y sin contratiempos”.
Mas tarde, el gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes, indicó que la Secretaría de Igualdad Sustantiva de Género analizaba “cada caso que ha sido reportado por redes sociales y medios de comunicación luego de la marcha de hoy con motivo del 8M”, para asegurar el resguardo de los derechos humanos.
“Condeno cualquier forma de violencia e intimidación. Se debe salvaguardar el derecho a la libre manifestación”, escribió en redes sociales.
Posteriormente, medios de comunicación confirmaron la liberación de la joven, de nombre Michelle Romero, quien fue entregada a visitadores de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) Puebla, aunque, hasta el momento, la administración municipal no se ha pronunciado al respecto del motivo del aseguramiento ni ha emitido un posicionamiento sobre el ataque a periodistas.