lunes, noviembre 10, 2025

La alerta de San Miguel

El caso más reciente, un interno de Nombre Marco Antonio N, de 40 años de edad, preso acusado por violación, fue golpeado brutalmente.

En el penal de San Miguel algo podría estar ardiendo y urge apagarlo.

Es la descripción literal de un sistema penitenciario que puede ser una bomba de tiempo.

El caso más reciente, un interno de Nombre Marco Antonio N, de 40 años de edad, preso acusado por violación, fue golpeado brutalmente.

El hombre terminó con una fractura craneoencefálica, por lo que tuvo que ser trasladado de urgencia al Hospital General de Cholula, que ya es manejado por IMSS Bienestar.

Pero ahí se topó con que no había neurocirujano disponible.

Al empeorar su salud, fue llevado el pasado 16 de octubre pasado al Hospital del Sur, donde finalmente es atendido.

Hoy su familia analiza presentar una denuncia por presunta negligencia contra el hospital que opera bajo el esquema federal.

Una historia de violencia, omisión y abandono.

El combo que no debería pasar.

Pero este caso no es aislado.

Ya hay señales de alarma.

Si no, solo que recordar que en redes sociales circula un video escalofriante donde un interno es brutalmente golpeado por otros reclusos por un presunto adeudo de 200 pesos.

Aunque el video ya es viejo, finalmente allí se registró.

Además, en un mes al menos dos internos fueron hallados muertos dentro del penal con golpes visibles en cabeza, pies, tórax.

La autoridad habla de infarto o paro cardíaco.

Por eso, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH) investiga de oficio.

La Secretaría de Seguridad Pública estatal afirma que no permitirá estos hechos y que la vigilancia se reforzará.

Recordemos que la persona privada de la libertad, por muy grave que sea el delito que se le impute, conserva derechos.

Es otra alerta el reciente acto de violencia del preso agredido que referí.

La alerta está ya presente.

Tiempo al tiempo.

Tolerancia Cero

En Coronango, la política de tolerancia cero aplicada por el gobierno de Armando Aguirre es un ejemplo que debería replicarse en más municipios.

La suspensión de dos policías, tras difundirse un video donde presuntamente incurrieron en abuso de autoridad, envía un mensaje contundente, el uniforme no es escudo para la impunidad.

La decisión del alcalde no solo muestra reflejos institucionales, sino carácter político.

Enfrentar a los malos elementos dentro de las corporaciones no es tarea fácil, pero es el único camino para dignificar la seguridad pública y recuperar la confianza ciudadana.

Hay malos policías en todos lados, pero no en todos los gobiernos hay voluntad de enfrentarlos.

Coronango da una lección, la tolerancia cero no se predica, se ejerce.

Y así seguirá siendo, el mensaje está dado.

Tiempo al tiempo.

Jorge Castillo
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