miércoles, julio 16, 2025

Profesionalización y difusión: las urgentes necesidades en los museos poblanos

No sólo se trata de hacer una campaña de publicidad, se trata de que las autoridades culturales conozcan los bienes patrimoniales propios para saber explotar el potencial de los bienes que resguardan y puedan gestionarlos y difundirlos.

Justo por estos días, hace dos años, me encontraba de viaje en Italia. Era un viaje que había sido mi sueño por mucho tiempo; estar frente a las grandes obras de arte resguardadas en los museos de Roma, Nápoles, Venecia o Florencia, era un anhelo personal ampliamente arraigado. Meses antes del viaje, armé mi recorrido, y tal vez debido a mi formación como historiadora del arte, ya tenía claro las obras que quería ver en cada espacio, no necesariamente las más taquilleras, sino las que para mi, tenían un significado especial.

Estando en la Galleria dell’Accademia di Firenze, sitio en donde se encuentra expuesto el célebre “David” de Miguel Ángel, noté que la gran mayoría de los turistas de todo el mundo que abarrotaban el recinto omitían visitar las otras salas del museo en donde se exhiben grandes obras maestras del arte, para pasar directamente al “David”. Muchos no contaban con el conocimiento previo de los pormenores históricos y artísticos de la obra, sin embargo, sabían, de alguna manera, que era necesario “verla”. Me pregunté por qué, ¿por qué una persona viaja desde el otro lado del mundo y gasta una gran cantidad de dinero para ver una obra de la que sabe realmente muy poco? ¿Por qué obras como el “David” o la “Gioconda” que se encuentra exhibida en el Museo del Louvre en Francia, se constituyen como las más grandes atracciones dentro de recintos que tienen otras muchas obras de arte dignas de visitarse y que muchas veces se obvian, priorizando a estas “obras taquilleras”? Mi opinión es que las autoridades a cargo de estos espacios generan procesos de difusión adecuados que trascienden fronteras.

Las autoridades culturales de esos países, desarrollan campañas de difusión alrededor de estas obras que las hacen aparecer como las más grandes obras de la historia del arte -lo sean o no-; orgullosos del patrimonio que los representa en el mundo y conscientes de los beneficios económicos que el turismo conlleva, los italianos y los franceses, países que tienen un enorme índice de turismo cultural, siembran en los públicos de todo el mundo la inquietud de conocer estas obras que conforman su patrimonio, tengan o no una formación previa. Las vemos hasta en la sopa.

¿Por qué no sucede lo mismo en los museos en México si los bienes exhibidos en ellos también tienen un valor patrimonial alto con gran potencial para atraer el turismo? Porque no se difunden adecuadamente. De acuerdo a la Estadística de Museos 2024 del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), si bien se notó un crecimiento en a visita a los museos mexicanos en comparación al año 2023, un porcentaje significativo de personas no acude a estos espacios. ¿Las razones? Muchas: no les gusta, no tienen tiempo por sus actividades cotidianas, porque prefieren ver la televisión… sin embargo, la razón más indicativa de la problemática de asistencia a los museos, con un porcentaje del 18.2, es por la falta de difusión y publicidad del museo, lo que hace que las personas desconozcan tanto el espacio como las obras se encuentran en él.

Pienso que, para mitigar esta situación, no sólo se trata de hacer una campaña de publicidad, se trata de que las autoridades culturales conozcan los bienes patrimoniales propios para saber explotar el potencial de los bienes que resguardan y puedan gestionarlos y difundirlos de manera adecuada para provocar una identificación que trascienda fronteras y que atraiga el turismo. No podemos difundir lo que no conocemos.

En el caso de Puebla, las autoridades culturales necesitan mayor experiencia y profesionalización. Al no tener un conocimiento profundo de los tesoros artísticos nacionales y locales que están a su resguardo, ponderan la exhibición de copias de artistas taquilleros como Goya, Dalí o Picasso que, si bien son reconocidos artistas internacionales, poco o nada tienen que ver con su misión de difundir el patrimonio histórico y cultural de la entidad.

Mientras no se percaten de que hacer exposiciones y actividades sólo para “cumplir” metas programáticas no es el objetivo, nunca veremos que un grupo de turistas viajen desde el otro lado del mundo exclusivamente para ver a una “Mujer Vestida de Sol” en el Museo José Luis Bello y González. ¿Cómo el Estado de Puebla se consolidará como un referente nacional e internacional con propuestas innovadoras orientadas al turismo cultural de calidad si no existe la difusión de lo propio y se ponderan otros modelos de imperialismo cultural?

Ana Martha Hernández Castillo
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Historiadora del arte y doctora en estudios históricos. Docente e investigadora de temas culturales y artísticos de la ciudad de Puebla. Gestora de proyectos culturales en el ámbito público y privado

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