En Puebla, ocho de cada diez motociclistas revisados están fuera de norma.
Y aún así, se indignan.
Se dicen perseguidos por pedirles algo tan elemental como que se identifiquen.
No quieren chaleco rotulado ni número en el casco.
¿La razón? No es comodidad, es miedo: a no poder escabullirse, a dejar de ser anónimos entre el caos.
Durante años, las motos fueron el vehículo predilecto del crimen: rápidas, sin rostro, sin placas.
Y claro, sin consecuencias.
Pero eso se acabó.
El Operativo Roma —con más de 700 motos aseguradas y 85 despliegues en tan solo tres meses, de marzo a mayo— dejó claro lo que todos sabíamos pero nadie decía: el 80% está fuera de la ley.
Así, sin maquillaje.
¿Y todavía lloran?
¿Todavía gritan “discriminación”?
No señores. Esto no es cacería, es poner orden.
Y el que no debe, no teme.
¿Te piden llevar un número visible?
Perfecto. Si eres legal, no pasa nada.
Pero si brincas, es porque algo escondes.
El gobernador Alejandro Armenta no se anda por las ramas.
Entendió que esto ya no era un tema de movilidad, sino un foco rojo de inseguridad.
Su respaldo a los operativos no es sólo correcto: es necesario y urgente.
Y en el Congreso, Laura Artemisa García Chávez también hizo lo que había que hacer: leyes fuertes, sí; impopulares para algunos, también.
Pero necesarias, absolutamente.
El discurso de “no todos somos delincuentes” ya no alcanza.
No cuando el 80% está irregular.
¿Eso es minoría?
Ya basta de tolerar el desorden con casco.
Ya basta de chantajes.
Si queremos recuperar las calles, hay que empezar por quitarle el disfraz a quienes las creen suyas.
Tiempo al tiempo.
Avanza el Riestrismo
¡Vaya golpe!
Sharif Elías, de San Martín Texmelucan, se coronó como secretario de Acción Juvenil del PAN Puebla, dándole un nocaut a las huestes de Eduardo Rivera.
Elías, el gallo de Mario Riestra, se impuso a Ramón de la Cruz en una elección que aunque olió a mañas, también a músculo.
Y es que hay que recordar que Alejandro Gómez, exlíder juvenil, fue acusado de mover cielo y tierra por Elías, con rumores de viáticos y firmas a modo.
Ahora, Riestra, mandamás panista desde diciembre de 2024, tras apalear al riverista Felipe Velázquez, consolida su reinado.
Quiere un PAN peleón contra Morena, y los jóvenes son su arma.
Rivera, arrinconado en el CEN, se queda viendo cómo su grupo, con Liliana Ortiz al frente, pierde fuelle.
Pero ojo, Riestra no canta victoria fácil.
¿Unificará al PAN o seguirá la bronca?
El chiste es ganar afuera, no hay que olvidarlo.
¡El 2026 y 2027 ya huele a pólvora!
Tiempo al tiempo.
