Sin apoyo social y sólo con el acompañamiento de una camarilla, el excandidato de Fuerza X México, Juan Lira Maldonado, alias “El Moco”, ha emprendido una campaña de desestabilización en Chignahuapan, para negarse a reconocer la resolución de las autoridades federales electorales, que decretaron la realización de comicios extraordinarios en aquel municipio.
El personaje, además, acarrea una larguísima historia de vinculación con hechos delictivos, que también han puesto en riesgo a toda la región.
En el más reciente de sus graves despropósitos, fue cuando un puñado de sus seguidores, quienes contra toda razón jurídica y moral pretenden imponerlo en la Presidencia Municipal, puso en riesgo las festividades de muertos, tan tradicionales en aquella municipalidad de la Sierra Norte del estado de Puebla.
La cancelación, por primera vez en casi tres décadas, del Festival de la Luz y de la Vida, que recibe a miles de visitantes nacionales y extranjeros, tuvo que ser suspendido, ante el riesgo de que la camarilla de “El Moco” pudiera generar violencia.
No se trató de una decisión fácil por parte de las autoridades legítimas municipales.
En el caso nada tuvieron que ver las instancias, ni en funciones ni electas, estatales.
La suspensión tuvo que darse ante el riesgo para la seguridad pública, que representa “El Moco” y su camarilla.
La historia de este personaje es tan oscura como larga.
El fiscal General del Estado, Gilberto Higuera Bernal, señaló apenas hace un par de semanas que hay indagatorias en su contra y estas no se detendrán, “sin importar de quién se trate”.
Juan Lira aduce que ganó las elecciones del pasado 2 de junio; sin embargo, tras un largo proceso en los tribunales Estatal (TEEP) y Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) se determinó que el cúmulo de irregularidades registradas en Chignahuapan ameritaba la realización de comicios extraordinarios en 2025.
El Congreso local, en tiempo y forma, a pesar de la controversia artificial que generó el grupo y el equipo de Lira, nombró a un Concejo Municipal que está en funciones y que tiene la autoridad legal y legítima.
Para entender la gravedad de lo que ocurre hay que repasar el historial de Juan Lira Maldonado, alias “El Moco”.
La cronología del último lustro no deja dudas y, sin dubitaciones, permite un juicio claro respecto del personaje de la situación que vive aquel municipio.
Se trata de algo que ha sido público y mediático todo el tiempo.
El 1 de octubre del año 2020, Juan Lira fue apresado por los presuntos delitos de robo de combustible, narcomenudeo y homicidio, perpetrados en los estados de Puebla e Hidalgo.
A lo largo de los últimos años, se le ha vinculado a él y a su camarilla con delitos, como el asesinato de tres personas en la localidad de Tres Cabezas, en el municipio de Chignahuapan, en marzo del 2020.
En la misma época, fue cateado uno de los inmuebles que, de acuerdo con las versiones periodísticas y de las autoridades, “El Moco” utilizaba como almacén de combustible robado, en el municipio de Aquixtla, el que estalló, poniendo en riesgo a la población de toda esa región.
La Secretaria de Seguridad Pública estatal informó entonces que al practicarle una revisión en su detención, se le encontraron entre sus pertenencias “97 bolsas de metanfetamina, también se halló en su poder una escopeta recortada”.
Durante la administración del difunto Miguel Barbosa, se le señaló de ser “el presunto principal extractor y distribuidor de combustible robado de los ductos de Pemex”.
Un rancho presuntamente de su propiedad fue cateado por alrededor de 100 patrullas y el resultado fue el decomiso de una decena de camionetas.
Esos son solamente hechos que son públicos y han sido reportados por distintos medios de comunicación estatales y nacionales.
No sólo eso, el individuo con su banda ha cerrado carreteras. Hay la amenaza de que bloqueen la Tlaxco – Tejocotal por su necedad de no aceptara la decisión de un Tribunal, la cual es inapelable.
En paralelo al conflicto postelectoral y junto con su negativa a reconocer la determinación de las autoridades, con la cancelación de las festividades de muertos en Chignahuapan, Lira ha perdido también cualquier tipo de respaldo social.
Ahí los hechos. Ahí el caso.
Forme usted su propio juicio.