Mientras el Congreso de Puebla, fue aprobado al 100% en transparencia, está en duda el trabajo del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Puebla (ITAIPUE).
Y por algo ya se va.
En tanto, el Congreso del Estado cumplió al 100 por ciento en obligaciones de transparencia.
En la Verificación de Obligaciones de Transparencia 2025 el ITAIPUE en sesión califica al 100 por ciento el proceso con el que cierra el procedimiento.
La presidenta del legislativo, Laura Artemisa García Chávez, corrigiendo el rumbo.
Y es que en el mismo parlamento poblano, se empezará a desaparecer al ITAIPUE, ante la iniciativa enviada por el gobernador Alejandro Armenta para reformar la Constitución del Estado en materia de transparencia.
Hay que decirlo, que el organismo que debería ser el más transparente de todos mantenga en penumbras la información que está obligado a visibilizar, no solo es una contradicción, es una omisión grave.
Y empeoró desde que llegó el actual presidenta del ITAIPUE, Javier García Blanco, quien ni siquiera contesta las llamadas o mensajes.
Y para muestra un botón.
La verificación de las Obligaciones de Transparencia 2025, disponible en el portal del ITAIPUE, muestra que muchos sujetos obligados no alcanzaron el 100% de cumplimiento.
El problema no es ese —la falta es de quienes incumplen—, sino la tibieza del propio Instituto para exponerlo.
Ni un boletín, ni un informe claro.
Nada.
¿Por qué no señalar, con nombre y apellido institucional, a quienes incumplen la Ley?
¿Dónde está la máxima publicidad que tanto pregonan?
La lista es ilustrativa por sí sola:
Izúcar de Matamoros apenas llegó al 82 %, Amozoc al 90 %, mientras que San Martín Texmelucan tuvo que esperar a la segunda revisión para alcanzar el 100 %.
Y de otros municipios, nada sabemos, salvo entrando expediente por expediente, en un proceso laberíntico.
Pero no aparecen sindicatos, ni todos los partidos políticos, cuando también son sujetos obligados.
¿No deberían estar bajo el mismo escrutinio?
¿Por qué están ausentes del reporte?
La transparencia no se construye con silencio ni con enlaces confusos.
Se construye con datos públicos, comparables, claros y, sobre todo, accesibles.
En tiempos donde el descrédito institucional va en aumento, lo que menos necesitamos es un órgano garante que actúe más como notario silencioso que como vigilante activo.
Si ITAIPUE no es capaz de generar y publicar un reporte completo y directo, que diga sin rodeos quiénes cumplieron y quiénes no, entonces deja de ser útil.
El silencio institucional es también una forma de complicidad.
No por nada, el pleno del Congreso votará pronto la reforma a la Constitución de Puebla, para que las funciones de transparencia y acceso a la información sean facultad de la Secretaría Anticorrupción, y ante ello se concretará la desaparición del ITAIPUE.
Y a diferencia del INAI, el ITAIPUE no hay ni cómo defenderla.
El fin de una era.
Tiempo al tiempo.
