El fin de semana dejó tres escenas, tres postales, tres posteos y tres maneras muy distintas de entender la política en Puebla.
Dos de ellas son puro esfuerzo por aparentar músculo —del que ya casi no queda— y una, la única, que proyecta no solo fuerza, sino unidad y coordinación con miras al 2027.
Arranquemos por lo que sí tiene fondo: Laura Artemisa García Chávez y Rodrigo Abdala Dartigues.
Viernes, media mañana, café en el Royalty, Catedral de fondo y prensa rondando.
Abdala, con sonrisa y sin tapujos, dejó entrever que quiere la alcaldía.
“Si entre nosotros no trabajamos para seguir construyendo una mejor ciudad, no lo vamos a lograr del todo”. dijo.
Artemisa, prudente pero no cerrada, soltó la frase que deja la puerta abierta: “habrá tiempos”.
No hubo improvisación, mensaje claro.
Sí hay mancuerna, sí hay proyecto y sí están pensando más allá del presente.
Ahora, pasemos a la “posado para la foto”:
Escena 1: Ignacio Mier Velazco, posteó en X una foto junto a Adán Augusto y el ministro electo Hugo Aguilar Ortiz.
Nacho, como niño agradecido que sigue de cerquita a su padrino político, Adán.
El senador poblano lo ha respaldado públicamente una y otra vez, incluso pese a sus posibles vínculos con el crimen organizado.
Cuando la tormenta política azota, Nacho no sólo guarda silencio, sino reafirma que “tenemos un coordinador consistente, sólido, fuerte”.
Y al fondo, tiró el rumor de que el mismo podría ser el relevo decoroso si Adán cae.
No olvidemos que cuando Adán era la “corcholata” de peso del morenismo, Ignacio no dudó en promoverlo desde Puebla.
La postal parece un intento desesperado de gritar “estoy con la ley”.
Pero Nacho fue literalmente recortado de la gráfica en medios nacionales.
Pasó a ser el extra.
Escena 2: Néstor Camarillo, líder del PRI, arranca su cumpleaños recibiendo en casa al exgobernador Melquiades Morales.
La imagen es puro viaje al pasado, cuando el priismo mandaba y decidía todo.
Hoy, ni la sombra queda.
Es como querer encender un estadio con una vela de cumpleaños.
El gesto es bonito, pero la luz no alcanza para ocultar la oscuridad actual.
El mensaje
La diferencia es tan evidente que ni necesita lupa.
Nacho y Néstor dependen de figuras ajenas y hasta una retirada de la política, para intentar lucir importantes.
Laura y Rodrigo, en cambio, apuestan por construir su propio relato.
Los primeros se cuelgan de glorias pasadas o de respaldos prestados.
Mier no desfila solo sino con el respaldo de un padrino político que hoy está quebrando vidrios, no lanzando vitrinas.
Los segundos, sin necesidad de arrimarse a nadie, trabajan la imagen de un equipo que sabe que la carrera es larga y que 2027 se gana desde hoy.
En esta pasarela política, Ignacio y Néstor desfilaron con trajes ajenos y fuera de talla.
Laura y Rodrigo, con atuendo a la medida y la pasarela del 2027 en mente.
Porque en política, como en moda, no basta con salir en la foto, sino hay que saber caminar.
Tiempo al tiempo.
